El evento detonante del conflicto fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio "Joven Bosnia", ligado al grupo nacionalista Mano Negra,
que apoyaba la unificación de Bosnia con Serbia. Francisco Fernando era
el heredero de la corona austro-húngara después de la muerte de su
primo, Rodolfo de Habsburgo (en 1889) y de su padre Carlos Luis de Austria (en 1896). Su asesinato precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
El Imperio austrohúngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán,
investigar el crimen en territorio serbio, ya que consideraba que la
organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 7 de julio a Serbia, la que con apoyo ruso
no aceptó todas las condiciones impuestas, en particular la
participación de policías austríacos en investigaciones en territorio
serbio.
Ante dicha negativa, el 28 de julio de 1914, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia. Acto seguido el 29 de julio Rusia ordenó la movilización general. En función de las alianzas militares, el 1 de agosto,
Alemania le declaró la guerra a Rusia, al considerar la movilización
como un acto de guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud,
de la alianza militar franco-rusa de 1894 Francia le declaró la guerra a Alemania el mismo día.
Los historiadores sostienen que hubo otras causas, como las alianzas entre países (Triple Entente y Triple Alianza), por las que un conflicto local podía tomar dimensiones internacionales. Además entre 1890 y 1914
los países incrementaron progresivamente el presupuesto militar en una
carrera armamentística, este período es conocido como la Paz armada.
Lucharon 65,8 millones de soldados, de los que murieron más de 1 de cada
8, un promedio de 6.046 hombres muertos cada día de los cuatro años que
duró.
A consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios -el alemán, el
austrohúngaro, el ruso y el otomano- y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov. Confirmaba el final del Absolutismo Monárquico en Europa. Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho
millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país
más afectado proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos,
equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañado por
un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se
prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer
con la inmigración. Además, todo el norte del país quedo en ruinas.
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