En 1978, tuvo lugar la Revolución de Saur, que hizo de Afganistán un Estado socialista gobernado por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA). El gobierno de Estados Unidos inició la «Operación Ciclón», en el contexto de laGuerra Fría, para ayudar (con armas, financiación, etc.) a los fundamentalistas islámicos, autodenominados muyahidines, quienes también recibieron apoyo de yihadistas extranjeros. En 1979, la grave situación política del gobierno afgano hizo que el Consejo Revolucionario viera satisfecha su petición de un contingente militar del Ejército Soviético.
El gobierno de Afganistán inició un programa de reformas que eliminó la usura, inició una campaña de alfabetización, implantó una muy radical reforma agraria, separación de la religión del Estado, eliminó el cultivo del opio, legalizó los sindicatos y estableció una ley de salario mínimo. También promovió la igualdad de derechos para las mujeres: permiso de no usar velo, permiso de transitar libremente y conducir automóviles, abolición de la dote, integración de mujeres al trabajo y a estudios universitarios, así como a la vida política con cargos públicos.
En septiembre de 1979 se produce un golpe de estado. El giro de la política hacia los intereses norteamericanos, provoca la definitiva intervención directa de la Unión Soviética, que el 27 de diciembre de 1979 envía un comando especial de la KGB OSNAZ (Grupo Alfa) compuesto por 600 soldados vestidos con uniformes de afganos que en Kabul, ocupan las principales instalaciones gubernamentales, militares y de medios de comunicación, incluyendo su principal objetivo, el Palacio Tajbeg, en el que es asesinado el presidente golpista.
Mijaíl Gorbachov ordenó la retirada de las tropas soviéticas. A principio de 1989, se retiraron ordenadamente los últimos soldados del Ejército Rojo. La guerra dejó profundas heridas en la sociedad afgana y también en la soviética primero y rusa después.
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