El Muro o Muralla de Adriano fue una antigua construcción defensiva de la isla de Gran Bretaña, levantada entre los años 122-132 por orden del emperador romano Adriano para defender el territorio britano sometido, al sur de la muralla, de las belicosas tribus de los pictos que se extendían al norte de la misma, en lo que llegaría a ser Escocia. La muralla tenía como función también mantener la estabilidad económica y crear condiciones de paz en la provincia romana de Britania al sur, así como marcar físicamente la frontera del Imperio. Hoy día aún subsisten importantes tramos de la muralla.
Su construcción comenzó el 13 de septiembre del año 122. Se extendía durante 117 km desde el golfo de Solway, en el oeste, hasta el estuario del Tyne en el este, y estaba flanqueado por las poblaciones de Pons Aelius (actual Newcastle) y Maglona (Carlisle). La muralla en sí estaba construida en su totalidad con sillares de piedra, tenía un grosor de 2,4 a 3 m y una altura de entre 3,6 y 4,8 m. Contaba con 14 fuertes principales y 80 fortines que albergaban guarniciones en puntos claves de vigilancia, así como un foso en su parte septentrional de 10 m y un camino militar que la recorría por su lado meridional. Más al sur del camino militar construyeron otro foso con dos terraplenes de tierra para proteger la muralla de ataques desde el sur. Su nombre se usa en ocasiones como sinónimo de la frontera entre Escocia e Inglaterra, aunque en la mayoría de su longitud, el muro sigue una línea más al sur que la frontera moderna.
Su función defensiva fue asumida por la muralla de Antonino Pío, levantada más al norte y abandonada tras un breve período ante la hostilidad de las tribus caledonias, volviendo la muralla de Adriano a ser el límite septentrional de territorio romano de Britania. Fue reparada y ampliada en 209, durante el reinado de Septimio Severo, y definitivamente abandonada en el año 383. Después de su abandono los habitantes de la región robaron muchas piedras de la muralla para construir granjas, iglesias y otros edificios.
La Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987. "English Heritage", una organización gubernamental a cargo del patrimonio histórico de Inglaterra, lo describe como "el monumento más importante construido por los romanos en Gran Bretaña".
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