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jueves, 3 de marzo de 2011

Descanso dominical, 107 años de historia


El 3 de marzo de 1904, siendo presidente del gobierno de España Antonio Maura se aprueba finalmente la Ley del descanso dominical, una ley, que con partidarios y detractores, terminaría por imponerse como algo «normal», y que en sí recuperaba el domingo como descanso, ya que durante el s. XIX habían sido abolidas todas las leyes medievales que imponían los preceptos religiosos y prohibían el trabajo en domingo. Fue (y todavía «es» por precursora) una conquista social, que como todas las reformas, el reconocimiento vendría posteriormente. 

En las décadas anteriores se había creado en España la Comisión de Reformas Sociales, y ésta, en 1890 presentó en el congreso la primera Ley del descanso dominical. La ley no fue aprobada ni en ese año, ni en los siguiente, no fue hasta el 12 de diciembre de 1903 el día en el que el congreso aprobó una ley en el que se descansaba los domingos. La ley se promulgó el 3 de marzo de 1904 y entro en vigor el domingo 11 de septiembre, de ese mismo año. 

La lógica de las necesidades hacía que no todos los trabajos fueran iguales, y la ley ,por lo tanto, hacia distinciones entre ellos. Estaba prohibido trabajar en los periódicos, los comercios. las barberías y los Ministerios públicos. En cambio estaba permitido trabajar en las tabernas, en las corridas de toros, en la minería y en la siderurgia.

También habría que añadir que todo aquello que estuviera relacionado con el teatros y espectáculos si estaba permitido. Y tanto estás personas, como aquellas que tenían una obligación de tener que trabajar en domingo, se les tenía que compensar con otro día durante la semana. Así, podemos entender que todos tenían derecho a un día de descanso a la semana, preferiblemente el domingo pero por necesidades podría ser otro.

La iglesia tambén aplaudió la ley, porque se guardaba el domingo como era precepto. En contra estaba la patronal, que veía que en sus fábricas no se producía y que encima en cuestión a salario, debía ser el mismo aunque no se trabajara.

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