La Conferencia de Teherán fue una reunión que tuvo lugar entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943, entre los dirigentes Iósif Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt, que formaban el bando de los Aliados. El principal debate se centró en la apertura de un segundo frente en Europa Occidental.
Tuvo lugar en Teherán, la capital de Irán, entonces Persia. Se produjo después de muchos escritos y amenazas, ya que Roosevelt deseaba fortalecer la cooperación entre los Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS. De hecho, Roosevelt deseaba tanto esta reunión que estaba dispuesto a hacer numerosas concesiones a Stalin, y la elección de la ubicación en sí, fue un lugar que era más conveniente para Stalin.
La primera cosa que hicieron los Estados Unidos y Gran Bretaña fue garantizar la plena cooperación y la asistencia de la Unión Soviética en todas las políticas de la guerra. Stalin aceptó, pero a un precio: Roosevelt y Churchill tendrían que apoyar su mandato y a los partisanos en Yugoslavia, y también permitir la modificación de la frontera entre Polonia y la URSS. Roosevelt, Churchill y Stalin luego se trasladaron a asuntos más importantes, principalmente la Operación Overlord y la guerra política.
Roosevelt dio una promesa a Stalin, que había estado esperando desde junio de 1941: que los anglo-americanos abrirían un segundo frente en Francia en la primavera de 1944. Este fue un objetivo político de Stalin de gran magnitud en la guerra, por lo que se quedó bien satisfecho. En cuanto a la política general de la guerra, la Unión Soviética rogó el envío de las tropas solicitadas de la reserva en Europa Occidental, y se acordó que estas tropas llegarían en la primavera de 1944. También se acordó que la Unión Soviética entrara en guerra contra Japón una vez que la Alemania nazi fuese derrotada. Roosevelt, Churchill y Stalin también coincidieron en que las Potencias del Eje se debían rendir incondicionalmente y que una vez vencidas, los territorios de las Potencias del Eje debían ser controlados por la URSS, los EE.UU. y el Reino Unido.
A pesar de que Stalin fue forzado a aceptar los acuerdos de la conferencia, este utilizó la victoria soviética en la Batalla de Kursk y el poderío militar, así como puestos clave en el frente alemán, para conseguir su propósito. Una de las mayores concesiones que hicieron Roosevelt y Churchill fue la cuestión de Polonia después de la guerra. Stalin expresó su deseo de que una zona en la parte oriental de Polonia debía añadirse a la URSS y las fronteras polacas con Alemania tenían que ser delimitadas a lo largo de los ríos Oder y Neisse. Churchill y Roosevelt estuvieron de acuerdo con esta demanda. Además también dieron a Stalin libertad en los asuntos de su propio país, y esto permitió a la URSS establecer gobiernos títeres comunistas en Polonia, la República Checa, Eslovaquia, los Países bálticos, Rumanía y otros países de Europa Oriental. Después de las citadas conclusiones que se hicieron, los tres mandatarios regresaron a sus respectivos países para llevar a cabo las políticas de guerra, con el acuerdo de que los dirigentes militares de los tres países debían reunirse a menudo, para continuar el debate.
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