Francisco Franco declaró la neutralidad española cuando dio comienzo la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, pocos meses después de haber obtenido la victoria en la Guerra Civil. Cambió su vinculación con el conflicto cuando, en junio de 1940, pasó a defender la condición de "no beligerante" de España. El 23 de octubre de 1940 se produjo una entrevista histórica entre el dictador español y su homólogo alemán, Adolf Hitler, que tuvo lugar en la ciudad de Hendaya, situada en el suroeste de Francia, dentro del territorio ocupado por el III Reich, junto a la frontera española.
El objeto del encuentro, que se produjo en el interior de un tren blindado estacionado en la terminal de ferrocariles de Hendaya, era negociar la participación de España en la II Guerra Mundial junto a las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio. El régimen franquista había solicitado previamente la obtención de Gibraltar y todo el territorio de Marruecos, a cambio de su beligerancia. No obstante, Franco arguyó durante la reunión las dificultades económicas que impedían la intervención española en el conflicto, razón por la cual ambas partes no llegaron a acuerdos de importancia. Más tarde, Adolf Hitler diría de dicha entrevista que "antes de volver a entrevistarme con Franco prefiero que me saquen las muelas".
Entre las peticiones de Franco estaban las reclamaciones territoriales españolas sobre Marruecos que chocaban directamente con los intereses de la Francia de Vichy, con quien Hitler no deseaba enemistarse, pero también entregas de material militar, especialmente aéreo, del que Hitler no podía prescindir.
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