El Sputnik 1 lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética fue el primer satélite artificial de la historia.
El Sputnik 1 contaba con dos transmisores de radio y orbitó la Tierra a una distancia de entre 938 km en su apogeo y 214 km, en su perigeo. El análisis de las señales de radio se usó para obtener información sobre la concentración de los electrones en la ionosfera. La temperatura y la presión se codificaron en la duración de los pitidos de radio que emitía, indicando que el satélite no había sido perforado por un meteorito. El Sputnik 1 se lanzó con el vehículo de lanzamiento R-7 y se incineró durante su reentrada el 4 de enero de 1958.
La nave Sputnik 1 fue el primer intento no fallido de poner en órbita un satélite artificial alrededor de la Tierra. Se lanzó desde el Cosmódromo de Baikonur en Tyuratam (370 km al suroeste de la pequeña ciudad de Baikonur) en Kazajistán, antes parte de la Unión Soviética. La palabra sputnik en ruso significa "compañero de viaje". El nombre oficial completo, se traduce sin embargo como "Satélite Artificial Terrestre" (ISZ por sus siglas en ruso).
El Sputnik 1 fue el primero de una serie de cuatro satélites que formaron parte del programa Sputnik de la antigua Unión Soviética y se planeó como una contribución al Año Internacional Geofísico (1957-1958), establecido por Organización de las Naciones Unidas.
El satélite artificial Sputnik 1 era una esfera de aluminio de 58 cm de diámetro que llevaba cuatro largas y finas antenas de 2,4 a 2,9 m de longitud. Las antenas parecían largos bigotes señalando hacia un lado. La nave obtuvo información perteneciente a la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera. Los instrumentos y fuentes de energía eléctrica estaban alojadas en una cápsula que también incluía transmisores de radio operando. El envío a tierra de la telemetría incluía datos de temperatura dentro y sobre la superficie de la esfera.
Debido a que la esfera estaba llena de nitrógeno a presión, el Sputnik 1 proporcionó la primera oportunidad de detectar meteoritos, aunque no fue detectado ninguno. Una pérdida de presión en su interior, debido a la penetración de la superficie exterior, se habría reflejado en los datos de temperatura. Los transmisores funcionaron durante tres semanas, hasta que fallaron las baterías químicas de a bordo, y fue monitorizado con gran interés a lo largo de todo el mundo. La órbita del entonces satélite inactivo fue observada más tarde ópticamente, hasta caer 92 días después de su lanzamiento (3 de enero de 1958), después de haber completado alrededor de 1 400 órbitas a la Tierra, acumulando una distancia de viaje, de aproximadamente unos 70 millones de km.
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