Las protestas de la Plaza de Tiananmen de 1989, consistieron en una serie de manifestaciones lideradas por estudiantes en la República Popular China, que ocurrieron entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989. La protesta recibe el nombre del lugar en que el Ejército Popular de Liberación suprimió la movilización: la plaza de Tiananmen, en Pekín. Los manifestantes provenían de diferentes grupos, desde intelectuales que creían que el gobierno del Partido Comunista era demasiado represivo y corrupto, a trabajadores de la ciudad que creían que las reformas económicas en China habían ido demasiado lejos y que la inflación y el desempleo estaban amenazando sus formas de vida. El acontecimiento que inició las protestas fue el fallecimiento del reformista Hu Yaobang.
Las protestas empezaron como pequeños disturbios, en la forma de oraciones por Hu Yaobang y reivindicaciones para que el partido revisara la visión oficial de la figura de Hu. Las protestas crecieron tras las noticias de enfrentamientos con la policía; los estudiantes creyeron que los medios de comunicación chinos estaban distorsionando la naturaleza de sus actividades, lo que incrementó el apoyo a su protesta. En el funeral de Hu, un gran grupo de estudiantes se encontró en la plaza de Tian'anmen y pidió reunirse con el Primer Ministro Li Peng, ampliamente reconocido como el rival político de Hu, petición que no fue atendida. En consecuencia, los estudiantes hicieron un llamamiento a la huelga en las universidades de Pekín. El 26 de abril, un editorial en el Diario del Pueblo, tras un discurso interno hecho por Deng Xiaoping, acusó a los estudiantes de crear tumultos. El discurso enfadó a los estudiantes, y el 29 de abril 50.000 estudiantes acudieron a una de las calles de Pekín, haciendo caso omiso de los avisos disuasorios realizados por las autoridades e insistieron en la retirada de lo dicho en el discurso.
Aunque el gobierno chino declaró la ley marcial el 20 de mayo, las manifestaciones continuaron. Tras una deliberación entre los líderes del Partido Comunista, se ordenó el uso de la fuerza militar para resolver la crisis, y Zhao Ziyang, lider del gobierno, fue despojado del liderazgo político como resultado de su apoyo a los manifestantes. El Partido Comunista decidió detener la situación antes de que fuera más lejos. Los soldados y tanques de las divisiones 27 y 28 del Ejército Popular de Liberación fueron enviados para tomar control de la ciudad. Aunque el Gobierno ordenó a todos los civiles de Pekín que permanecieran en sus casas mediante emisiones de televisión y megafonía, las advertencias no fueron tenidas en cuenta y muchos manifestantes pacíficos fueron atacados por los soldados; la violencia ejercida tuvo como resultado enormes bajas civiles y algunas muertes de soldados. El gobierno chino atestiguó la muerte de varios cientos de personas.
La entrada de las tropas en la ciudad recibió la oposición activa de muchos ciudadanos de Pekín, cuya resistencia causó bajas entre los militares. Los ciudadanos construyeron grandes barricadas en las carreteras que ralentizaron el progreso de los tanques, pero la plaza quedó vacía en la noche del 4 de junio de 1989, por decisión de los manifestantes. El combate continuó en las calles que rodeaban la plaza, con los manifestantes avanzando repetidamente hacia las tropas armadas del Ejército Popular de Liberación, que respondió con fuego automático. Muchos ciudadanos heridos fueron puestos a salvo por conductores de rickshaws que se aventuraron en tierra de nadie entre los soldados y la multitud y llevaron a los heridos a los hospitales.
En la propia plaza hubo un debate entre los que deseaban retirarse pacíficamente, y los que deseaban permanecer en la plaza pese al riesgo de que hubiera un baño de sangre. Los partidarios de la retirada ganaron, y los manifestantes dejaron la plaza. El gobierno de la República Popular China ha asegurado que no murió nadie en la plaza, un hecho que, de acuerdo con los testimonios de los que estuvieron en la plaza, parece ser técnicamente cierto, pero no habla de las bajas durante la aproximación a la plaza. El número de muertos y heridos sigue siendo un secreto de estado.
Después de la disolución de las protestas de Pekín el 4 de junio, éstas continuaron en gran parte de China durante unos días. El gobierno de la República Popular China fue incapaz de finalizar estas protestas fuera de Pekín sin la pérdida de un número significativo de vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario