Por todos es sabido las atrocidades cometidas por el régimen nazi mientras estuvo en el poder, en la Alemania de los años 30, y durante la segunda guerra mundial.
Hitler ascendió al poder el 30 de Enero de 1933. Apenas unos dias después, restringió la libertad de prensa. Todo lo que olía a comunista y judío fue salvajemente atacado, y sus bibliotecas destruidas. Se nombró a un ministro para la ilustración del pueblo y para la propaganda (Reichministerium für Volksaufklärung und Propaganda), Joseph Goebbels, fanático hasta la medula. Tuvo el control absoluto de la educación y por ende, de las universidades.
El 8 de abril de 1933 Goebbels propuso a las organizaciones estudiantiles la destrucción de los libros que pudieran ser peligrosos para Alemania, aunque de hecho ya habían empezado a destruirse algunos de manera espontánea en dias anteriores. A raíz de esto, el fanatismo se apoderó de estudiantes e intelectuales, destruyendo libros en Düsseldorf de contenido comunista y judío.
El día estrella fue el 10 de mayo de 1933. En la universidad Wilhelm Von Humboldt, se reunieron los libros prohibidos por el régimen y junto con otros procedentes de bibliotecas judías, se transportaron a la Opernplatz de Berlín. Allí, en una hoguera que ya estaba encendida, se empezaron a tirar a las llamas los mas de 25.000 libros que se habían reunido. Una multitud enfervorizada se unió a los estudiantes, en una clara unión del pueblo contra los textos que no casaban con la Alemania nazi.
Una de las capitales mas cultas del mundo, con unas de las mas importantes universidades de Europa, realizaba la quema de libros mas multitudinaria en muchos siglos. Se quemaron obras de Freud, Erich Maria Remarque, y muchas mas. No solo en Berlín se quemaron libros esa noche. En Dresde, Dortmund, Bonn, Bremen, Hannover, y en muchas ciudades mas, también se quemaron una gran cantidad de libros, escritos y documentos contrarios a las ideas nacionalsocialistas que imperaban (e imponían) en la época mas oscura de Alemania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario