Dos años antes de que terminara la segunda guerra mundial, y con el convencimiento de que Alemania sería derrotada, los aliados se empezaron a sentar las bases de la reorganización de Europa y de las fronteras de la futura Alemania.
En la conferencia de Teherán los soviéticos propusieron que la frontera entre Polonia y Alemania se trazara en las orillas del río Oder y Neisse. Los aliados no lo aceptaron, ya que había peligro de que la influencia soviética alcanzara la Europa Central. Los rusos insistieron en siguientes conferencias, siempre con la negativa de sus aliados occidentales.
Reclamando territorio para compensar las grandísimas pérdidas que los rusos habían sufrido durante la invasión alemana, los aliados accedieron a las pretensiones rusas. También era cierto que las regiones alemanas mas industriales se encontraban en el oeste, y se pensó que era mejor dejar las zonas mas devastadas del este a Stalin. Así, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Brandenburgo, Sajonia-Anhalt y parte de Sajonia quedó ocupado por el ejército rojo. Eso incluía la capital, Berlín.
Berlín esta ocupada por tropas norteamericanas, rusas, británicas y francesas. Stalin intentó que Berlín quedara solo ocupada por su ejército, e intento que las demás potencias la abandonaran. Dado que era la capital de Alemania, y una zona estratégica, los aliados occidentales se negaron a irse.
En 1948, forjándose lo que sería mas tarde la República Federal de Alemania, se decidió por parte de las tropas ocupantes occidentales y del fututo gobierno una reforma monetaria. El viejo Reichsmark sería sustituido por el Deustche Mark. Eso impidió el intercambio comercial entre los estados del este y del oeste, ya que en el este
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