La Masacre de Boston ocurrió la noche del 5 de marzo de 1770 y fue la chispa que hizo saltar la “Revolución Estadounidense”. La tensión ocasionada por la ocupación militar de Boston, se incrementó tras los disparos que un grupo de soldados realizaron contra un grupo de nobles que estaban creando disturbios. John Adams diría más tarde que, tras la noche de la Masacre de Boston, la fundación de la independencia de América fue instaurada.
El incidente comenzó cuando un joven aprendiz de un fabricante de pelucas llamado Edward Garrick, se acercó a un oficial de la Casa de Aduanas en la noche del cinco de marzo solicitando un pago de su maestro. Cuando el aprendiz se volvió bastante ruidoso en sus demandas, un centinela británico, el soldado de primera White, sacó al joven del edificio y comenzó a golpearle por su insolencia. Garrick, furioso, volvió con un grupo de colonos y arrojaron a White bolas de nieve, hielo y basura.
El alboroto hizo salir al oficial de guardia, el Capitán Thomas Preston, que llegó en ayuda de White con un cabo y un grupo de ocho soldados de primera del 29º Regimiento de a Pie. La muchedumbre creció en tamaño y continuó lanzando piedras, maderas y trozos de hielo a los soldados británicos.
En medio de la confusión, se escuchó la orden “no disparar” emitida por el capitán Preston. Uno de los militares, el soldado de primera Hugh Montgomery, cayó al suelo debido a un golpe, lo que le llevó a disparar “accidentalmente” al aire su mosquete. A los demás soldados les entró el pánico y comenzaron a disparar a la multitud. Tres americanos morirían al instante y, otros dos, más tarde.
Samuel Adams acuñó el término Masacre de Boston y la usó para propósitos de propaganda. Argumentaba que la importancia no radicaba en el pequeño número de víctimas, sino en el hecho de la participación de la clase trabajadora americana en un acto revolucionario.
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