En febrero del año 1867, el director del Wiener Männergesangverein, pidió a Strauss que le escribiera un vals para su coro. Strauss se puso al trabajo, y pronto terminó el encargo, que sería el más famoso y popular de sus cuatrocientos valses.
En aquella época, reinaba en Viena una atmósfera derrotista como consecuencia de la derrota de Austria a manos de Prusia en la Guerra de las Siete Semanas en 1866.
El comisario de Policía, Josef Weyl, a quien se encargó la letra del vals, aprovechó la oportunidad para manifestar sus sentimientos políticos. A los componentes del coro no les gustó la letra, y la protestaron ruidosamente cuando tuvieron que ensayar la canción. Su indignación envolvía también a la música. Pero Herbeck y el patrón de las artes, Nikolas Dumba, a quien estaba dedicado el vals, consiguieron apaciguarlos y que no ofendieran a Strauss.
El día 13 de febrero de 1867, el vals se estrenó en la Sala Diana, bajo la batuta de Rudolf Weinburm. La orquesta creada por los hermanos Josef y Eduard Strauss, acompañó al coro. Aunque el vals fue bien, mo pasó de mediocre. Pero cuando el propio Strauss en persona dirigió el vals (sin coro), en la Exposición Universal de París, en el verano del mismo año, el éxito fue enorme, y rápidamente alcanzó una tremenda popularidad.
Hoy, El Danubio Azul es considerada una de las piezas más populares de la música clásica. Las connotaciones sentimentales vienesas lo han convertido en el segundo himno nacional austriaco y es uno de los "bises" indiscutibles del Concierto de Año Nuevo de Viena.
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